Una articulación sana debe ser resistente, flexible, estar bien lubricada y tener buena capacidad de regeneración de los tejidos. La prevención desde la aparición de los procesos inflamatorios es esencial para evitar el dolor incapacitante. Numerosas plantas como la ortiga, la cola de caballo, el fresno, el sauce, el bambú Tabashir o el harpagofito pueden contribuir significativamente al bienestar articular. La combinación de diferentes principios activos, en particular, la condroitina y la glucosamina, suele ser muy eficaz.